Un homenaje a la tradición.

Para esta añada, hemos vinificado una parcela de Monastrell de orientación norte, a 700m de altitud. Para su elaboración, tras la obtención del mosto flor, fermentamos en un foudre de madera de más de 100 años.
La parcela de Macabeo ha sido elaborada de manera tradicional, con sus lías.

La Monastrell y la Macabeo dan como resultado un Clarete, que dejamos en depósito de cemento durante 6 meses para su ensamblado.

Dos variedades: una tinta y una blanca, que nos dan un vino con alma Mediterránea, fiel a su historia pero con un perfil gustativo acorde a nuestros tiempos.